Esta semana os compartimos un texto extraido del blog de Leandro López Ojeda. Un texto que reune toda aquella comprensión a la que nos lleva "ese vacío".
http://el-salto.es/2016/05/04/sencillo-espacio-vacio/
"Un espacio vacío no es sino un
lugar que espera llenarse por entero de ti”.
"Hay un espacio en que puedes habitar sin
miedos cuando las fuerzas se agotan y los deseos se deshacen.
Hay un lugar de sagrada certeza y ausencia de
misterio en el que no importa no saber.
Retírate allí en este momento. Deja toda tu
actividad y piérdete allí.
Abandona toda acción sin abandonar nada y
entrégate a la observación desapegada de tu momento.
En este espacio no hay frío, no hay calor.
Desde este espacio las categorías se caen. En este lugar las calificaciones
pierden sentido y se igualan. Es tu espacio donde no existe la objeción ni la
exaltación. Tu espacio donde trasciendes las reglas, donde la moral se
desmorona y no hace falta encontrarle sentido a nada.
Te sitúas en ese espacio donde estás por
encima de todo. Al tiempo, no estás encima de nada. Simplemente estás dentro,
dentro de su vacuidad sin dejar que las fuerzas de las apariencias materializadas
te dominen.
En este sitio, no hay nada que hacer, no hay
lugar al que llegar ni nada por lo que luchar. Un espacio de observancia pura
donde todo simplemente es sin pretender más.
Es tu lugar donde verdaderamente estás a
salvo. Es ese lugar en el que descubres que siempre has estado a salvo, que
nunca has pasado por ningún peligro y nada, nada, nada puede atacarte
verdaderamente.
Vuela ahora mismo hacia ese espacio, puedes
trasladarte en un instante sin transición, puedes dar un salto hacia allí como
en la realidad cuántica, sin transición alguna. No has de prepararte, de
repente no estás y de repente ya estás aquí.
Vente ya mismo a este espacio, vente sin
abandonar el lugar en el que estás, abandona lo que estás haciendo sin dejar de
hacer lo que estás haciendo. Detén la automatización de tu actividad física,
mental y emocional y observa a cada una como parlotean sin cesar y sin decir
absolutamente nada en una confusión desbordante. Simplemente vente a este lugar
de observación donde la energía es calma y cristalina y ama todo lo que ve.
No tienes que parar nada de lo que haces
mientras paras, no tienes que sentarte en una posición especial, ni cerrar los
ojos, ni pensar en un lago cristalino, ni centrarte en observar tu respiración.
No, eso son solo técnicas para que puedas familiarizarte con este estado
especial en el que puedes hacerte presente en ti simplemente ausentándote de
ese ti que no eres y que se ha hecho un revoltijo de nervios y obligaciones y
dudas y cuantas cosas más que no te sirven para nada. No, no has de hacer nada,
has de salirte entrando, y dejar de picar esa cebolla mecánicamente para
comenzar a picar esa cebolla con toda tu atención puesta en el crujir de cada
capa al ser atravesada por el filo del cuchillo, atento al contacto estrecho de
tus dedos con la cebolla, al soporte de tus pies en el suelo, al surgir
paulatino de tus lágrimas que no son ni de tristeza ni de alegría, que
simplemente responden a un hecho mecánico y natural.
Observa como esto transcurre, fíjate en que
puedes llorar sin que signifique nada ese lloro. Simplemente lloras y nada más.
Observa eso porque es importante. De la misma manera en que lloras con la
cebolla sin que tenga que ver con tu estado de ánimo ni con tu vida, todo lo
demás que tú crees tan trascendente, trágico, eufórico o limitante actúan de la
misma forma.
Atrévete a ver las cosas más importantes de tu vida
como algo, a veces, tan mecánico como la reacción de tu lagrimal al cortar la
cebolla. Atrévete a banalizarlo todo y despojar de toda su importancia a lo
aparentemente importante.
Aléjate de todo tu ti, y ven aquí, a este espacio
de calma absoluta donde verdaderamente podrás encontrar todo tu ti para luego
poder bajar a ese ti que tanto te gusta pero desde esta nueva observación,
sabiendo que puedes salir en cualquier momento, sabiendo que las situaciones
trágicas no tienen por qué romperte por completo, que puedes comprenderlas, que
puedes irte en un instante. No es evasión, es justamente lo contrario, es
empezar a valorar en su justa dimensión, es empezar a valorar sin valores, sin
contaminación cultural, sin trampas.
Ven a este espacio vacío. Ven a este espacio en
donde la calma es la única forma que existe. Ven a este espacio y abrázame y
permíteme abrazarte. Y déjame observar contigo todo el amor desplegado
incesantemente de estos seres que somos todos, navegantes amorosos en un mar
revuelto, asustados, buscando el remo que se nos perdió. Ven y desde este lugar
empecemos a contagiar calma acercando remos a los náufragos que nos miran con asombro
y desesperación."
Autor: Leandro Ojeda López (http://el-salto.es/2016/05/04/sencillo-espacio-vacio/ )